Ramatís

orgías, conducen vehículos lujosos y fuman en boquillas de oro, 

pero cuando los acucia el deseo, no respetan la mujer del amigo, 

por más íntimo que fuera. En verdad, todavía son los mismos 

trogloditas que no evolucionaron sino que cambiaron de vesti-

dos y de transportes.

¿Qué importancia tiene que algunos supuestos genios te-

rrícolas subestimen el Evangelio por considerarlo excesivamen-

te místico e impracticable en el torbellino de la vida moderna, 

cuando los hombres matan para nutrirse y buscan el descanso 

físico, como imperioso medio para volver a los vicios de las pa-

siones desequilibradas? ¿Por ventura, tales filósofos y moralis-

tas descubrieron un tratado que fuera más completo y capaz de 

eliminar las torpezas, crueldades e insanias de la humanidad 

terrícola?

Pregunta: 

¿Qué nos podéis decir respecto a las ignominias 

y situaciones gravosas que sustenta el hombre sobre la tierra, 

a pesar de contar con un perfectísimo tratado, para almas su-

blimes, llamado Evangelio? Si cuenta con casi dos mil años de 

vida, ¿qué efecto produjo si cada día se observa que los hom-

bres exacerban sus pasiones animales?

Ramatís: 

En verdad, lo que el hombre ha hecho es subes-

timar al Evangelio y olvidar el ejemplo vivo que ofreció Jesús, 

por lo cual Dios tuvo que emplear recursos drásticos y convin-

centes, como son los tifones, epidemias, catástrofes, inundacio-

nes, terremotos y tragedias que pulverizan ciudades y eliminan 

pueblos, que por lógica necesidad terminan confraternizando a 

pobres y ricos, enemigos y amigos, sabios y analfabetos, católi-

cos y protestantes, espiritas y umbandistas, musulmanes e hin-

dúes, judíos y árabes. Bajo el estigma del dolor, del sufrimiento 

en la desesperación por sobrevivir, el blanco acepta el pedazo 

de pan ofrecido por el negro, el árabe agradece el medicamento 

recetado por el médico judío, el millonario se emociona ante el 

esfuerzo del mendigo, que intenta desesperadamente rescatarlo 

en medio de los escombros, producidos por un terremoto. La 

tragedia, el dolor y el sufrimiento arrasan pero aproximan a 

los enemigos, relacionan a parias con las castas privilegiadas, 

eliminan fronteras raciales, nivelan diferencias sociales, atem-

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