El Evangelio A la Luz del Cosmos
solutamente su vida al Evangelio, el hombre se ejercita en el
mundo transitorio de la materia, para asimilar y ajustarse al
metabolismo de la Ley Suprema del universo. En consecuencia,
los preceptos morales expuestos por Jesús reflejan también los
principios del propio universo.
Pregunta:
¿Podríais ser más explícito en lo referente, a que
los preceptos expuestos por Jesús reflejan los principios de la
Mente Universal?
Ramatís:
Aunque la mente humana se subdivida por la ne-
cesidad de trabajar en diversas actividades, lo cierto es que, en
lo íntimo del ser, la pulsación creadora de Dios es un principio
único e indesviable, que sustenta a todas las criaturas. El hom-
bre, que es una partícula divina, y no el Todo Cósmico, necesita
de los contrastes y elementos opuestos en todos los fenómenos
y condiciones de la vida humana, cuya “dualidad” le sirve de
base para afirmarse y desarrollar su conciencia individual. A
pesar de sentir o saber, que Dios es una entidad monística, in-
divisible y única para gobernar el Cosmos, el espíritu humano
aún encuentra grandes dificultades para concebir esa natura-
leza, divina y absoluta. Aunque no exista discontinuidad en la
manifestación de la vida, el hombre crea concepciones de apa-
rente oposición en el metabolismo de la vida cósmica. Lo cierto
es que el universo se fundamenta en la inmutable e irreversible
Ley Suprema, que disciplina bajo un solo metabolismo a los
fenómenos que dan origen y regulan la propia vida.
En verdad, la misma ley que rige la “gravitación” y cohesión
entre los astros, también disciplina el fenómeno de “afinidad”
entre las sustancias químicas, y estimula la “unión” o el amor
entre los seres. De ahí la ecuanimidad del progreso, que sucede
con exactitud tanto en el grano de arena como en la montaña.
La legislación divina, atendiendo las necesidades organogénicas
del cuerpo humano, acciona por los mismos principios de sínte-
sis y análisis bioquímicos tanto en el hombre como en el virus.
Entonces, las orientaciones propuestas por Jesús y su ejemplo
personal que consta en el Evangelio son hechos educativos que
puede utilizar cualquier humano y en cualquier punto de la tie-
rra, en otros planetas, y también en otros mundos espirituales.
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