El Evangelio A la Luz del Cosmos 

un poco crecidos fuera del nido. Ello es instinto global y único 

de las unidades de la misma especie o raza; pero, debido al con-

tacto con el hombre, que le controla las tendencias primitivas 

bajo el ambiente refinado, el instinto feroz tiende a disminuir 

y a debilitar su violencia. El lobo salvaje, una vez domesticado 

vive más tiempo con su cría, y pierde el instinto de arrojarlo 

fuera a causa de las facilidades que le otorga el hombre, creando 

un nuevo comportamiento que lo distingue fácilmente de los 

hábitos de su raza, aún salvaje.

Cuando son perseguidos, arrojados fuera de los hogares, 

apedreados por robar carne para su alimento, repudiados por el 

asma bronquial, eczema, sarna y tuberculosis, y soportando la 

alimentación caliente y cocida, aderezada y tóxica, los animales 

domésticos, perros y gatos, y hasta los caballos, dejan percibir la 

angustia e intranquilidad que tienen de vivir junto al “rey de la 

creación”; ¡el hombre hecho a la imagen de Dios!... Aún así, los 

animales domésticos, bajo el dolor y el sufrimiento, apresuran el 

psiquismo a pesar de toda esa amargura y mal trato y comien-

zan a despertar el sentimiento, ante la necesidad de adaptarse a 

las condiciones adversas, a las problemáticas, y a las sorpresas 

de la vida doméstica.

Pregunta: 

Suponemos que no existen fronteras o líneas di-

visorias definidas entre los diversos reinos de la naturaleza; ¿no 

es verdad?

Ramatís: 

Existe una constante y sucesiva evolución desde 

el reino mineral hasta el reino hominal. En cada reino observa-

mos una graduación que va de lo más simple hasta lo más com-

plejo; de lo menos organizado a lo más organizado; de lo me-

nos sensible a lo más sensible, demostrando los diversos grados 

evolutivos, como los pasajes gradativos de un reino hacia otro.

Sin querer tener aire de romancismo, os recordamos que 

siempre existe un vínculo oculto y trascendente, que acciona 

en la intimidad de la vida, con la finalidad de dirigir las fuerzas 

creadoras, embelleciendo y perfeccionando todas las manifesta-

ciones y expresiones del universo. Siendo así, la belleza del color 

manifestada en las piedras preciosas, como zafiro, esmeralda, 

amatista, rubí o topacio, después de una prolongada experi-

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