Ramatís
que temor terrible engendrarán las escenas que les aguardan
en el astral inferior, en donde horribles cuadros dantescos, so-
brepasan a todo cuanto se pueda imaginar de pavoroso en el
mundo terreno.
Pregunta: ¿Esa diferencia de vida, verificada por el recién
desencarnado, en distinta al concepto terreno?
Atanagildo: Las diferencias son notables, cuando avalamos
el mundo astral exclusivamente por su panorama exterior, algo
parecido al escenario terreno o cuando lo hacemos, bajo nues-
tro exclusivo juicio. No debéis olvidar, que os estoy entregando
mi opinión, que puede no ser la más exacta y que además, se
basa en mi visión espiritual sobre aquellos que me simpatiza y
que supongo es lo más real. Sin duda, que ha de haber grandes
diferencias en las descripciones hechas por varios individuos de
diversas profesiones, sobre un determinado aspecto de una ciu-
dad terrena, las que han de variar conforme al padrón espiritual
y psicológico de sus relatores. Es evidente que esas descripcio-
nes presentarán ilustraciones completamente opuestas entre sí,
variando completamente lo dicho por un ingeniero, un poeta
un deportista o un simple materialista. Cada relato denuncia-
rá los gustos y preferencias de su autor, revelando su simpatía
por el aspecto que más le interesó; el ingeniero se preocupará
por edificios v los detalles urbanísticos de la ciudad; el poeta,
describirá la belleza de sus colinas, jardines, lagos y ensenadas;
el deportista, se entusiasmará por los estadios o asociaciones
deportivas, mientras que el materialista y gozador del mundo,
se ocupará únicamente, por los lugares de vicio, las aventuras y
los ambientes de la vida nocturna.
Esa es la causa de las variantes ofrecidas por los relatos
mediúmnicos, transmitidos desde este “lado”, que enriquecen la
enorme bibliografía espiritualista del mundo material, mientras
que algunos desencarnados se preocupan exclusivamente por
el sentido “interior” y la poesía contemplativa, de nuestra vida
en el Más Allá, asimismo hallamos los que prefieren dedicarse
particularmente de los aspectos de actividades más “exteriores”,
como ser la múltiple tarea de los servicios realizados por los de-
partamentos educativos, para la renovación del espíritu. En mi
80