La Vida Más Allá de la Sepultura
del astral inferior, mucho mejor es no fumar, así se eliminará
definitivamente la oportunidad enfermiza de que el individuo se
transforme en un exótico “pitador” de los fumadores desencar-
nados, así como sucede con los borrachos, que son “vasos vivos”
de los espíritus sedientos de la bebida embriagadora. No pode-
mos tener la ilusión que un Jesús, Buda o Francisco de Asís, que
son almas liberadas de los vicios de la carne y de las imperfec-
ciones del mundo, vengan un día a fumar entre los humanos en
una demostración de gran satisfacción...
Muchos espíritus desencarnados que se jactaban de haber
sido muy “dueños de sí mismos” durante la existencia física han
tenido una gran decepción al comprobar que cuando estaban en
condiciones vibratorias negativas, devoraban decenas de cigar-
rillos atendiendo a la extraordinaria “fila” de fumadores afligi-
dos de este lado, que se les infiltraba por las brechas y rasguños
del aura, provocada por los golpes de la cólera, celos, violencias,
orgullo y maledicencia.
Pregunta: ¿Existen otras actitudes o descuidos que favorez-
can el dominio absoluto de los obsesores sobre los encarnados?
Ramatís: Sí, y debéis mantener en un nivel superior vues-
tras acciones y pensamientos que resguardan tales embestidas,
pues las actitudes y modos de accionar de esa clase de espíritu
es muy variada, siendo el Evangelio la faja protectora más segu-
ra. Las recientes comunicaciones de varios espíritus misioneros
a través de sus médiums de confianza, enseñan, que la alegría
y el optimismo alejan las nieblas que rodean el aura humana,
mientras que las actitudes aflictivas, melancólicas, pesimistas y
de amargas recordaciones, hostilizan el sentido benefactor de la
vida donada por Dios y crean nubes que aumentan la desespe-
ración y la incredulidad sobre los bienes espirituales.
Por lo tanto, comprenderéis que no sólo basta evitar el vi-
cio en su expresión material, ya sea el fumar, beber, jugar o
pervertirse, es necesario que también os liberéis del vicio que
engendra el culto a los pensamientos negativos y el rosario de
lamentos cuando no se satisfacen a gusto vuestros caprichos y
deseos. El “sed pacíficos” del Maestro Jesús os advierte contra
los estados de rebeldía mental cuando el alma se obstina y con-
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