Ramatís
astral inferior, quedan aterrados delante de la deslumbrante luz
de los espíritus angélicos, pues esa luz, pone al descubierto su epi-
dermis encrespada por adherencias y sustancias nocivas que fue-
ron petrificadas bajo el descontrol mental y perversión emotiva.
La leyenda siempre configura a Satanás acobardado delan-
te de la luz de Miguel Arcángel, porque es fulgurante y descu-
bre todos los pensamientos deletéreos del espíritu inferior. La
idea del infierno tiene su origen en la purificación por la Luz,
que significa la purificación por el fuego y debió nacer de los
sufrimientos periódicos que son provocados por los Técnicos
Siderales, cuando lanzan llamas etéricas sobre valles y abismos
purgatoriales, a fin de proceder a la desintegración profiláctica
de las sustancias venenosas que vuelven el ambiente pestilente
y entorpecen el progreso de la vida astral.
Tal vez vosotros, aún guardéis en la retina espiritual el cua-
dro horroroso de esa purgación dolorosa, de cuando fuisteis so-
metidos en otras épocas y engrosabais las filas de los rebeldes
que actuaban en contra de los principios del Bien.
He ahí, pues, el gran significado del fondo luminoso en los
halos mentales y en las auras de los grandes espíritus. No puedo
describiros la infinidad de matices eme existen sobre los colo-
res, desde un extremo a otro, en la escala cromática sideral, ni
tampoco puedo explicar todos los colores que se producen por
emanaciones deletéreas, originadas por pasiones y pensamien-
tos degradados por el cerebro humano, porque no encuentro
vocablos posibles para conformar al cerebro del médium que
me sirve de intérprete.
Pregunta: ¿Por qué no intentáis describirnos, aunque sea
de un modo general, los principales colores, producidos por las
faltas cometidas o por los llamados “pecados comunes” de la
humanidad?
Atanagildo: Ya que insistís, intentaré daros una rápida no-
ción sobre lo que indagáis, describiendo solamente, las princi-
pales tonalidades del aura humana, tomando por base los co-
lores que vosotros conocéis. La mayoría de los prevaricadores
religiosos que traicionan sus votos y se desvían de sus respon-
sabilidades espirituales, poseen en el aura un fondo azul sucio;
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