Capítulo XIII
CONSIDERACIONES SOBRE JESÚS Y LA FAMILIA HUMANA
Pregunta: Algunos escritores afirman, que Jesús aun siendo de admirable conducta moral, no
pudo sustraerse al amor del sexo.
¿Qué opináis?
Ramatís: Si Jesús se hubiera casado y formado un hogar, la humanidad entera hubiera recibido
la más inolvidable de las lecciones como jefe de familia. Y, aunque hubiera mantenido un amor
menos platónico, eso no sería motivo suficiente para dejar de ofrendar su vida a los demás. Muchas
personas solteras y castas viven tan llenas de envidia, egoísmo, celos y concentradas en sí mismas
que se vuelven inútiles y hasta indeseables al prójimo.
No hubiera sido deshonra alguna que Jesús se hubiera dedicado al amor que une al hombre y a
la mujer, ¿acaso no dio toda su vida en holocausto a la redención espiritual de la humanidad? Sin
lugar a dudas, que su rara belleza encendió violentas pasiones en los corazones de muchas jóvenes
casaderas o mujeres que buscaban sensaciones nuevas, lo que le exigía una enérgica autovigilancia
para no sucumbir a las tentaciones de la carne, ni formar hogar como el hombre común.
Además, Jesús fue calumniado muchísimas veces por sus detractores, pues lo acusaban de
fascinar a las viudas ricas cuando peregrinaba y enseñaba su evangelio. Bajo el dominio despótico de
Roma, algunas hebreas falseaban sus deberes conyugales, porque preferían la hartura del
conquistador antes que la pobreza honesta de sus coterráneos. Y, los espíritus de las tinieblas que
vigilaban a Jesús en todos sus pasos, le tendieron celadas seductoras con las patricias romanas.
Aunque él haya evitado la formación de un hogar, jamás condenó o menospreció la constitución de la
familia, porque siempre advirtió sobre la legalidad y el fundamento de la Ley del Señor, que así
recomendaba: "¡Creced y multiplicaos!"
La sangre humana como vínculo transitorio de la familia terrena, tanto encadena a las almas que
se odian como une a las que se aman en el proceso kármico de redención espiritual. Por eso, Jesús
aconsejó al hombre para que se liberara de la esclavitud de la carne y pudiera extender su amor
fraterno a todos los seres, más allá de las obligaciones que el hogar demanda. Habiendo superado
las seducciones de la vida material y sintiéndose un realizado en medio de la humanidad terrena,
llegó a advertir; «aquellos que quisieran seguirlo en busca del reino de Dios, tendrían que renunciar a
los deseos de la vida humana; y si fuera preciso ¡abandonar al padre y a la madre!» Por eso acentuó
textualmente: "¡Quien ama al padre y a la madre más que a mí, no es digno de mí!"
Jesús recomendaba siempre, amor y espíritu de justicia, induciendo al hombre para que
aprendiera a liberarse de la familia en el mundo material por encima del egocentrismo de castas y en
favor de toda la humanidad. Procuró demostrar, que a pesar del vínculo sanguíneo y egoísta de la
parentela humana, el hombre no debe limitar su afecto solamente a las criaturas de su familia o
simpatías. Muchas veces, detrás de la figura antipática del vecino o de algún extraño desagradable,
se puede encontrar el espíritu amigo de otra» vidas pasadas. Sin embargo, entre los más íntimos de
la familia pueden encontrarse encarnados espíritus vengativos que otrora nos torturaban y la Ley
Kármica los reúne nuevamente para la necesaria liberación de los lazos de culpa o del perdón
recíproco
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Nota del Médium: En nuestro barrio de Agua Verde, en Curitiba, conocemos a una señora que odiaba terriblemente a
un niño de la vecindad, y no le daba razón, aunque su hijo actuara en flagrante injusticia y deshonestidad en los hechos de
la infancia. Se preveía que iba a estallar una tragedia entre los adultos, cuando esa misma señora que frecuentaba nuestro
trabajo mediúmnico, se quejaba fastidiosamente por el niño que ella amonestaba continuamente; más tuvo que oír del guía
la siguiente y severa advertencia: "Su amor materno egoísta le está haciendo cometer las mayores injusticias, pues en la
existencia pasada, su actual hijo, fue un hombre de vida airosa, rico y deshonesto, pues llevó a su propia hermana al
prostíbulo, insumiéndola en la desesperación. Mientras tanto, surgió otro hombre digno, bueno y piadoso, que no sólo retiró
del antro de perdición a la hermana, sino que le ofreció casamiento y la bendecida paz del hogar para el espíritu. Ese
hombre bueno, del pasado, es el hijo odiado de la vecina, y el hombre que perdió a su hermana, es el hijo de la señora que
asistía a la sesión mediúmnica; así lo dispuso la Ley del Karma, y también se explica ese terrible odio que aparentemente
no tenía explicación.
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