Salvador de los hombres.
Pregunta: ¿Nos podéis aclarar algo más sobre ese "sentido de propiedad" que era inapropiado en
Jesús?
Ramatís: Jesús se iba aproximando a la edad de la juventud, pero con la mente experimentada
de un adulto, y lo que era más sorprendente, de un adulto sabio y santo. No era una criatura práctica,
metódica, que hiciera proyectos para "vencer en la vida", o tuviera predisposición para servir en la
Sinagoga local; ser negociante en los entrepuestos de la Judea o bien, heredar el oficio de José; no
sólo se obstinaba día y noche, por alcanzar un mundo fantasioso y se consumía preocupándose por
la suerte ajena. Eran especulaciones trascendentales, sin sentido utilitario; soñaba con un reino
utópico donde hasta las fieras debían vivir en paz con los hombres. Muchas veces, José y María
confabulaban en el lecho durante la hora de descanso, sobre aquel hijo, que a altas horas de la
noche se movía inquieto y suspirante en su camastro de paja trenzada. Y cuando esto no sucedía, se
le encontraba de ojos abiertos, a media noche, sentado en el umbral de la puerta, mirando
tristemente a la luna cuando se elevaba majestuosamente por detrás de las nubes, mientras que la
brisa refrescante le movía levemente los cabellos.
Era un niño ajeno al sentido de propiedad sobre los bienes del mundo; pues condenaba al
compañero que hería al pájaro con las piedras, o se afligía seriamente delante del cordero pisoteado
por el cuidador rabioso; dejaba sus juguetes por los caminos, abandonaba los útiles escolares a los
demás niños, y sin protestas o disculpas donaba sus sandalias y las porciones de su comida a quién
la solicitara primero. Saltaba por los campos, rodaba por las cuestas y cuando debía rendir cuentas a
María, se sorprendía al comprobar que las monedas le faltaban de la bolsa que llevaba ajustada a la
camisa.
Un viejo mago de Fenicia y amigo de José, que le debía un favor, mandó como presente para el
niño Jesús una valiosa ave rey, coronada por un magnífico penacho color oro y un esplendoroso
plumaje purpurino, además primaba un color azul sedoso con manchas opalinas, la que estaba
aprisionada en una hermosa jaula con recipientes de plata. José y María y los demás hermanos de
Jesús se deleitaban anticipadamente con la alegría y la sorpresa que éste manifestaría al retornar de
la escuela y recibir el regio presente. Pero, para sorpresa de todos y con gran dolor, el niño Jesús, en
su falta de sentido sobre los bienes del mundo, soltó al ave en un gesto de felicidad. Para colmo de
sus familiares, le tentó la risa al ver que el ave se movía entontecida ante los primeros aleteos de
libertad, mas luego tomó vuelo majestuoso bajo el fondo azul del cielo.
¿Qué futuro podía augurar la familia de José para aquel niño tonto y desprevenido, aunque fuera
correcto, bueno y obediente? Evidentemente, sus contemporáneos tampoco podían prever qué
ocultaba aquel ser de tan maravillosa espontaneidad y absoluta confianza en la contextura de la vida
creada por Dios, que a su maestro, más tarde, le recomendaría así: "Mirad a las aves del cielo, que
no siembran, ni cosechan, ni guardan provisiones para el mañana; y con todo eso, vuestro Padre
celestial las sustenta. ¿Pues no sois vosotros, mucho más que ellas? (Mateo, Cáp. VI, vs. 26 al 34).
Pregunta: Como la tradición religiosa siempre nos ha presentado al niño Jesús como un ser
irreprensible y obediente, se nos hace difícil comprender esos estados de incertidumbre y temor en
sus padres y familiares. ¿Qué opináis al respecto?
Ramatís: Los historiadores de la vida de Jesús, especialmente en la parte correspondiente a su
niñez, se vieron forzados a utilizar su propia imaginación, a fin de poder llenar las lagunas
encontradas en esa época tan lejana. Y, la prueba la tenéis si consultáis las obras biográficas sobre
los grandes personajes desaparecidos hace apenas uno o dos siglos, pues existe tanta contradicción
en los relatos de sus vidas, que embarga a los lectores una duda inquebrantable sobre las verdades
citadas. Imaginad entonces, la dificultad encontrada para poder ajustar todos los pormenores y
menudencias de la vida del Amado Maestro Jesús, que además de haber vivido hace dos mil años,
se hacían muy pocos registros biográficos y los archivos que pudieran contener algo a su respecto
fueron destruidos e incendiados por la invasión de Tito a Jerusalén.
Tratándose de una entidad que más tarde se glorificó por su muerte sacrificial en la cruz, cuya
vida fue un himno de belleza y ternura en favor del género humano, es obvio que sus biógrafos
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