Capítulo XII
JESUS Y SU INFANCIA
Pregunta: ¿Por qué motivo las obras que se han editado sobre la vida de Jesús, guardan silencio
entre los doce y los treinta años de edad?
Ramatís: Los historiadores profanos, ni aun los más imaginativos, no pudieron llenar esa laguna
existente en la vida de Jesús; también las escuelas ocultistas y principalmente la rosacruz, a veces,
divergen en la fecha de su muerte y en la edad que el Maestro desencarnó en la cruz. Innumerables
conjeturas se han hecho para explicarlas, pues los mismos discípulos en sus relatos evangélicos,
también parecen ignorar este aspecto. Así, la pluma de los escritores algo exaltados y místicos
describen a Jesús como un ser mitológico, cuya vida discrepó con los acontecimientos y las
necesidades de la vida humana. En el otro extremo, los enemigos de las fantasías y apegados
fanáticamente a los postulados "positivos" de la ciencia terrícola, biografiaron a Jesús como si fuera
un hombre' común y sedicioso, una especie de líder de los pescadores y campesinos que fracasó en
su intento de rebelión contra los poderes públicos de la época. Los más irreverentes llegaron a
considerar, que en la actualidad, el caso de Jesús apenas sería un problema de orden policial.
Es muy difícil para esos escritores extremistas, comprender la situación exacta de un ángel que
descendió de las esferas paradisíacas hasta colocarse en la misión redentora en el valle de las
sombras terrenas. Jesús no fue el hombre milagroso o santo inmaterial, cuyos gestos y palabras sólo
obedecían al porte celestial decretado por Dios; pero, tampoco era un hombre vulgar buscando
ambiciones políticas y deseando las falsas glorias del mundo material. En verdad, donde terminaba el
ángel comenzaba el hombre, sin romper el equilibrio psicológico, ni discrepar con sus
contemporáneos.
Pregunta: Sobre su infancia, ¿qué nos podéis decir?
Ramatís: La infancia del niño Jesús, aparentemente transcurrió en forma común y similar a los
otros niños hebreos. Conforme dijéramos, resaltaba de los otros niños por su sinceridad y franqueza
con que juzgaba las cosas del mundo, sin sofisma o hipocresía. Algunas veces causaba aflicción a
sus padres, provocando comentarios contradictorios entre aquella gente conservadora, que no podía
comprender el temperamento de un ángel exilado en la carne e incapaz de acomodarse a los
intereses prosaicos del ambiente humano.
La vida de Jesús transcurrió fiel a las costumbres de las familias judaicas, pobres pero con mucha
descendencia y que todavía es muy común en la Judea actual. Los escritores que biografiaron su
vida, casi siempre hicieron comentarios al sabor de su imaginación y absolutamente, creyentes de
que era una criatura sumisa a los pre-conceptos y sofismas de la época. Así, la leyenda y el absurdo
se transformaron en un concepto equivocado, en un Dios inmolado en la cruz de la redención,
después de haber vivido toda una existencia incompatible con la realidad humana.
Pregunta: ¿Cuál era el aspecto físico del niño Jesús?
Ramatís: Era un niño encantador, de ojos claros y muy dulces, como dos joyas preciosas, de un
azul verdoso que resaltaban en su fisonomía, adornada por la belleza de María y acuñada por la
energía de José.
El niño Jesús tenía el cabello dorado, casi fuego, que parecía emitir fulgores a la luz del sol, los
llevaba siempre sueltos y flotaban graciosamente al viento. Cuando corría ladera abajo perseguido
por los cabritos, perros y aves, sus cabellos parecían llamas vivas revoloteando alrededor de su
cabeza angélica. La ropa interior era de inferior calidad y sobre ella usaba un camisón de algodón,
color sepia o salmón. En los días de fiesta o de culto religioso usaba vestidos de un blanco
inmaculado, permitiéndosele usar el cordón de neófito de la sinagoga.
En las mañanas frías, su madre le ponía sobre los hombros el manto azul marino, de lana pura,
tejido en Jerusalén y que fuera el delicado presente de Lía, una de sus queridas amigas de la
infancia.
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