Capítulo X
MARÍA Y EL NACIMIENTO DE JESÚS
Pregunta: Reza la tradición bíblica, que un ángel visitó a María y le anunció que se casaría con
un hombre del linaje de David; y concebiría un hijo varón destinado a salvar al mundo. ¿Qué nos
decís sobre esa tradición religiosa?
Ramatís: María tenía 15 años de edad cuando sus padres, Joaquín y Ana, fallecieron con
algunos meses de diferencia entre sí. Entonces fue recogida por Simón y Eleazar, parientes de su
padre, quienes la encaminaron hacia el grupo de las Vírgenes de Sión, en el templo de Jerusalén.
Permaneció allí cerca de dos años, donde se dedicaba a trabajos como la confección de túnicas de
seda para las jóvenes, mantos para los sacerdotes, adornos y pequeños tapetes para las ceremonias
religiosas. Además, tocaba la cítara y cantaba los salmos de David, formando coro con las demás
jóvenes.
Era una joven de rarísima belleza y avanzada sensibilidad psíquica para esa época. Espíritu
dócil, toda ternura y benevolencia, fortaleció su juventud en el ambiente monástico del templo; no era
rebelde ni tenía problemas emotivos, apresurando aún más su don mediúmnico. Desde pequeña
tenía visiones espirituales, reconociendo a viejos parientes desencarnados y más tarde a sus propios
padres que se le aparecían en forma sorprendente. En sueños le decían que sería reina del mundo,
la mediadora consagrada para un elevado ángel en misión junto a los hombres terrícolas.
En su conciencia física, María desconocía que ella también era una entidad de condición
angélica; cuando identificaba por su videncia a una bellísima persona, suponía que se trataba del
"ángel de la guarda", porque se asemejaba fisonómicamente a las viejas oleografías de los ángeles
de la tradición hebraica. No conseguía explicar a satisfacción a sus familiares y amigos los
fenómenos que se ciaban con ella, pero afirmaba siempre que su ángel de la guarda no sólo la
visitaba en sueños, sino en estado de vigilia, dándole consejos y orientaciones para el futuro. Cuando
José, viudo, padre de cinco hijos y mucho más viejo que ella la pidió para esposa, lo aceptó
inmediatamente, sin reflexionar, explicando que hacía mucho tiempo su ángel tutelar le había
aconsejado tal esponsalicio. Es obvio que se trataban de visiones reales, conforme a la
fenomenología espirita y que hoy se explica satisfactoriamente por medio de las facultades
mediúmnicas
1
.
Aunque María ignoraba a qué extraños caminos el destino la llevaría, las entidades que la
asistían le aconsejaron aceptar al viudo José, como esposo y compañero, pues había sido escogido
en el Espacio para la elevada misión de ser padre del Mesías en la Tierra. La tarea de esos espíritus
no estaba exceptuada de las decepciones y obstáculos, puesto que debían enfrentar la más violenta
y furiosa embestida de los seres de las sombras, que intentaban impedir el advenimiento de Jesús
físico sobre la tierra. José y María, además de sus virtudes espirituales defensivas, gozaban del
prestigio y apoyo de algunas falanges de menor graduación espiritual, pero vigorosas y decididas que
los amparaban y cooperaban en la protección del Salvador de los hombres. Entonces, saneaban las
inmediaciones de Belén, desintegrando los fluidos mórbidos y eliminando las cargas magnéticas
maléficas, a fin de proteger el nacimiento de Jesús.
Después de casada, cierta vez, se encontraba en profundo recogimiento bajo la dulce paz de una
oración, cuando fue dominada por una extraña fuerza espiritual, encontrándose fuera del organismo
carnal y situada en un ambiente de luces azules y rosadas, contorneadas por una hermosa
refulgencia de rayos zafirinos y reflejos opalinos; entonces, con gran júbilo, reconoció súbitamente a
su ángel de la guarda que le felicitó, diciéndole que el Señor la había escogido para ser madre de un
iluminado espíritu, el que había aceptado el sacrificio de la vida humana para redimir los pecados de
los hombres.
1
Don Bosco, Antonio de Padua, Teresa de Jesús, Francisco de Asís y otros luminares de la Iglesia católica, inclusive
algunos Papas, también tuvieron visiones mediúmnicas inconfundibles.
60