querido disminuir el brillo y la belleza de los cuatro Evangelios, o simplemente se trata de una
concepción del escritor, buscando enaltecer la persona de Jesús?
Ramatís: Esa concepción es un reflejo de los efectos seculares, emanados de los dogmas,
milagros, mitos y tabúes copiados de la vida de diversos precursores de Jesús. Los exegetas del
pasado atribuían a Jesús una existencia mitológica. También se asemeja al tono de la resurrección y
ascensión del Maestro a los cielos en cuerpo y alma.
La Biblia, a pesar de la valiosa revelación que encierra sobre el poder y la gloria de Dios, registra
acontecimientos del mismo carácter. Algunas concepciones son capaces de espantar a los alumnos
de las escuelas secundarias del siglo actual y sin embargo, continúan siendo una base para las
polémicas religiosas entre los hombres. Aquí, devotos sencillos aceptan la subida de Elías al cielo en
su carro de fuego. Caín y Abel son los únicos hijos de Adán y Eva. Caín mata a Abel y huye hacia
una región ignorada; pero, la prole humana de diferentes razas, surge por todas las latitudes de la
tierra, como si brotasen del mismo suelo. La humanidad terrena todavía sigue siendo responsable por
el Pecado Original, debido a la imprudencia de Adán y Eva, que siendo un caso particular y por haber
comido un "fruto prohibido", pasó a complicar la vida de todas las generaciones futuras.
Aun entre los mismos espiritas esa disposición por el dogmatismo religioso no fue eliminado
totalmente, porque la liberación religiosa pregonada por Allan Kardec apenas tiene un siglo terreno de
vida. Muchas almas recién ingresadas en el Espiritismo, todavía sienten cierta dificultad para
ajustarse a los nuevos dictámenes espirituales de la nueva doctrina, pues la influencia de quince
siglos de sumisión dogmática a la teología sacerdotal de todos los pueblos, no puede disiparse en
algunas decenas de años. Allan Kardec, el cerebro liberador de la esclavitud religiosa todavía no fue
integralmente comprendido en su osadía espiritual cuando enfrentó los dogmas seculares que aún
hipnotizan a muchas almas temerosas de enfrentar la Verdad.
Pregunta: Sin embargo, conocemos a espiritas cultos y sinceros, muy estimados por su elevado
trabajo en favor de la doctrina, que defienden con intransigencia la tesis del Jesús fluídico. ¿Esa
convicción, los perjudica espiritualmente?
Ramatís: No hay mérito o desmérito en admitir o recusar tal concepción, pues ante el tribunal de
la Justicia divina, "a cada uno le será dado conforme a sus obras", y no según su creencia. La creen-
cia sin obras de beneficio al prójimo o la renovación íntima espiritual, es como un árbol estéril; no
tiene valor porque no da frutos. Sin embargo, muchas personas que no admiten los atributos
mesiánicos de Jesús y que lo consideran como un hombre común, viven en forma tan digna su
existencia terrena, que fácilmente podría juzgársele a la altura de sus discípulos.
En el Espacio no existen agrupaciones partidarias de un Jesús físico o fluídico, sino conciencias
felices o infelices conforme a su padrón moral. Si Jesús hubiera exigido un cuerpo fluídico, semejante
privilegio implicaría una condenación al mecanismo de la procreación, mediante el cual, Dios
proporciona la vida y el progreso para los seres humanos en vuestro orbe.
La ley divina de la preservación de la especie es un fenómeno tan sublime y digno de respeto,
como los son los demás fenómenos y maravillas del Universo. Su aspecto deprimente en base al con-
cepto humano, es producto de la mentalidad animalesca del hombre que subvierte el orden natural de
la técnica creadora en actos condenables de lubricidad.
Pregunta: Reza la tradición evangélica que el cuerpo de Jesús desapareció de la tumba, y
conforme a la leyenda, ascendió al cielo después de haber resurgido. Esa ascensión del Maestro en
cuerpo y alma, ¿no es suficiente para probar la tesis del cuerpo fluídico?
Ramatís: Jesús-Espíritu, terminada su tarea sacrificial ante la humanidad, guardó su cuerpo en la
tumba, como el artista genial una vez terminada su ejecución, guarda su instrumento en la "caja". Se-
ría el caso de Mozart, Bach o Chopin, que no existen como figuras humanas; pero sus melodías
admirables todavía hablan al sentimiento de aquellos que las escuchan con devoción. ¿Qué importa
que el cuerpo halla sido físico o "fluídico" en tales genios de la música, si lo que está vivo e
impresiona es el "espíritu" de sus composiciones? Por eso, ¿qué importancia tiene lo sucedido con el
cuerpo de Jesús, si al terminar su Divina y Evangélica Melodía de "Amar a Dios sobre todas las cosas
y al prójimo como a sí mismo", ese cántico milagroso es capaz de transformar a muchos Herodes en
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