mundo angélico, después de su desencarnación en la cruz, ¿qué características manifestó?
Ramatís: El Espíritu Superior cuando desciende se doblega a la carne por la reducción de su
energía periespiritual, y cuando desencarna, retorna a sus páramos de luz en un proceso totalmente
inverso, que es la aceleración de las energías. En el primer caso, es el aprisionamiento opresivo en la
forma, y en el segundo, la liberación para reasumir su condición natural y superior. Jamás se puede
comparar la ascensión o retorno espontáneo de Jesús a su mundo angélico, operación sumamente
fácil y liberadora, con el descenso vibratorio, tan difícil y tormentoso.
Como la Técnica Sideral no podía elevar la frecuencia vibratoria de los planos inferiores hasta el
nivel energético que poseía el espíritu de Jesús, lógicamente, que debería producirse gradualmente
la reducción periespiritual del plano superior hacia el plano inferior, hasta dejarlo ajustado al capullo
de la carne. Esa operación sideral reductora, implica la incorporación sucesiva de las energías inferio-
res y letárgicas en la vestidura resplandeciente de la entidad en descenso. Aunque sea un ejemplo
incorrecto, os recordamos que el buzo, además de colocarse la escafandra pesada y opresiva, aún
queda circunscripto a la densidad del medio líquido donde debe trabajar. Creemos, que es bien
pronunciada la diferencia del buzo que trabaja oprimido, y el hombre que se mueve con toda libertad
en un ambiente oxigenado, dispensado de los complicados aparatos.
A pesar de todas las dificultades que enfrentó Jesús debido a su elevada naturaleza espiritual, el
Sublime Amigo del Hombre, no eludió el sacrificio de dejar su mundo de Luz para someterse a las
leyes y a las fuerzas esclavizadoras del planeta Tierra.
Pregunta: Conforme a vuestros relatos, deducimos que Jesús todavía continuaría sufriendo los
impactos vibratorios y hostiles del mundo material, si su estado angélico no lo inmunizara contra las
reacciones de los planos inferiores. ¿No es verdad?
Ramatís: Es obvio que en su excelso "hábitat", Jesús no sufre el impacto de las fuerzas
inferiores, puesto que las mismas sólo tuvieron acción coercitiva cuando vivía en la materia. Su
padrón angélico lo hace inmune a las frecuencias vibratorias groseras, así como* el polvo no afecta a
la luz del Sol y las ondas hertzianas no se deforman en el impacto con el charco. Los seres como
Jesús, cuando sé'» encuentran en libertad espiritual, son un inmenso campo áurico de * luz y de
efluvios crísticos que alientan y purifican a los seres inferiores que toman contacto con ellos.
Sin embargo, en su descenso espiritual hasta la materia, tuvo' que nivelarse a las vibraciones
contundentes de los planos inferiores que iba alcanzando.
1
A nosotros nos parece, que el consagrado profesor Pietro Ubaldi, autor de la Grande Síntesis, confundió la caída
angélica con el descenso angélico en su obra Dios y el Universo (Cáp. V, Pág. 64, 1* edición brasileña). Conforme dice
Ramatís, en el descenso angélico, "Dios desciende hasta la fase materia y crea el Universo exterior de las formas; pero en
la caída angélica, los espíritus reprobados en la selección espiritual de sus correspondientes mundos, necesitan repetir las
mismas lecciones, pero en orbes inferiores hacia donde son exilados". Aseguramos, que el conocimiento espiritista de la
reencarnación sería suficiente para que Pietro Ubaldi ajustara su tesis. Aconsejamos a los lectores que examinen los
excelentes artículos de Henrique Rodrigues en la Revista Internacional del Espiritismo, números 7 al 10, del 15 de julio y 15
de noviembre de 1956, como el análisis de Edgar Armond, publicado en el O Sembrador, Nº 140, de junio de 1956, órgano
de la Federación Espirita Brasileña de San Pablo, que presenta el asunto de la caída de los ángeles, en base a la obra Dios
y el Universo de Pietro Ubaldi.
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