Pregunta: En ese caso, toda la actividad de Jesús, de su familia, apóstoles y discípulos, ¿fueron
hechos encuadrados rígidamente por la Administración Sideral en el esquema de su misión en la
tierra?
Ramatís: La vida de Jesús no fue un automatismo, ni la consecuencia de una deliberación de lo
Alto, imponiendo el Cristianismo de cualquier forma; sino, que los acontecimientos principales frieron
esquematizados dentro de un plan de realizaciones espirituales, sin que fuese anulada la voluntad, el
pensamiento y el sentimiento de sus participantes, encarnados o desencarnados. Espíritus selectos y
escogidos fueron invitados a 'participar de ese programa mesiánico de beneficio colectivo, bajo la
égida del Mesías, pero ninguno de ellos fue presionado en su libre albedrío.
Los apóstoles, discípulos y seguidores del Maestro Jesús, al servirlo en la sublime misión,
también buscaron su propia renovación espiritual y se inmolaron para que floreciera el ideal superior,
liquidando viejas cuentas kármicas, asumidas en el pasado. La sangre cristiana derramada para
cimentar los fundamentos del Cristianismo les lavó las vestiduras periespirituales. Pedro fue
crucificado, Esteban lapidado, Juan torturado y Pablo degollado; todo eso, a favor de la bendecida
idea de liberación espiritual, cuyos destinos kármicos fueron previstos bajo la guía de Jesús,
resplandeciendo en el holocausto mesiánico de la Era Cristiana.
Mientras tanto, Jesús, el alumno menos necesitado del banco escolar de la tierra, fue él más
sacrificado, pues descendió a la materia con la esperanza de mejorar el padrón espiritual de sus
queridos pupilos.
Pregunta: ¿Cuál sería la idea más acertada que podríamos tener sobre la Administración
Sideral?, puesto que llegó a anticipar con seguridad los acontecimientos mesiánicos de Jesús. Si no
era un automatismo, ¿en qué se basaban la eficacia del Evangelio, las reacciones y aptitudes del
Maestro?
Ramatís: Así como podéis prever lo que han de realizar los grandes y geniales pintores y
músicos, puesto que es propio de su naturaleza excepcional; obviamente, los Planificadores
Siderales podían confiar en los acontecimientos de la misión de Jesús, en base a su elevado padrón
espiritual, de porte angélico, inaccesible a deformación alguna. Como era el Mesías y el Instructor de
la humanidad, también necesitaba discípulos y cooperadores decididos; como el genial compositor
necesita de un buen instrumento para alcanzar éxito en sus composiciones musicales. Era un espíritu
de elevada contextura sideral e incapaz de ser atraído por las ilusiones o tentaciones del mundo
material.
Lo Alto no tenía dudas respecto a la tarea mesiánica de Jesús, pues le conocía su inagotable
amor en favor de los hombres y la capacidad de inmolarse ante cualquier sacrificio y aún, ante la pro-
pia muerte. De ahí que escogieron para su obra los tipos psicológicos .que lo rodearon durante su
peregrinaje terreno, y en el momento oportuno le dieron amplio testimonio de fidelidad y abnegación
en favor del mensaje sublime del Evangelio. Eran pescadores, campesinos, publícanos, criaturas
fuertes y hasta imposibilitados de comprender el alcance de su participación en la obra, pero
abdicaron de sus bienes y de la familia a fin de sustentar la difusión mesiánica.
Los intelectuales de la época jamás se arriesgarían al ridículo de admitir o divulgar las nociones
simples y utópicas del Cristianismo naciente, que para colmo, era pregonado en medio de un
ambiente lleno de codicias y odios, demarcando claramente la renuncia entre los esclavos y los
señores, ricos y pobres, santos y prostitutas, cultos y analfabetos. Todo eso fue posible gracias a la
pobreza y sencillez de los apóstoles, prevaleciendo en ellos la fuerza extraordinaria de una fe
inquebrantable y la sinceridad pura, creando la savia indestructible para el crecimiento del árbol del
Evangelio.
La actividad de Jesús fue prevista con seguridad en el mundo físico, sin preocupación anticipada
por parte de los Maestros Siderales, porque su padrón angélico era una garantía, más que suficiente
para profetizar su conducta, que rubricó con el testimonio inconfundible de su sacrificio en la cruz.
Pregunta: ¿Por qué motivo, todavía no hemos comprendido el verdadero significado de la pasión
de Jesús?
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