Pregunta: Para nuestra comprensión, desearíamos que nos dieseis alguna ilustración sobre el
empleo de esas fuerzas.
Ramatís: Ellas gravitan con relativa libertad en el organismo del hombre, sumisas a su voluntad
creadora o destructiva, pueden llevarlo al cielo si se emplea sabiamente su contextura, o conducirlo al
infierno, si se invierten los polos energéticos. Cuando un acontecimiento inesperado o un hecho
emotivo generan un estado de fe, esas fuerzas se concentran en un solo haz, entonces el comando
psíquico y milenario puede desencadenar ese potencial en punto dado, sea un órgano o sistema del
cuerpo, para eliminar lesiones y restablecer la vida anquilosada. Nos recuerda al recurso empleado
por el hombre ingenioso que para mover un pesado block de piedra, primero reúne a los caballos, los
pone a tiro y en un sólo envión de esas fuerzas conjuntas, mueve la piedra. De esa misma forma, el
"quantum" de fuerzas reunidas y potencializadas producen la cura instantánea bajo el impacto
dinámico del espíritu. Muchas criaturas entorpecen el trabajo inteligente de esas fuerzas, porque las
debilitan con su desánimo mental y falta de fe en la vida creadora. A veces es preferible que la
persona ignore la naturaleza de su enfermedad, puesto que así se aleja de la desesperación y
desánimo que le provoca la "caída" energética de las fuerzas vitales.
Hace algún tiempo, los médicos norteamericanos se sorprendieron al realizar una serie de
autopsias en varios indigentes, ajenos al tratamiento de la terapéutica oficial y comprobaron que
habían padecido de úlceras gástricas o duodenales, lesiones cardíacas, infecciones peligrosas,
tumores cancerosos, quistes y amebíases. Sin embargo, su estado patogénico presentaba los
vestigios o cicatrices de las molestias curadas por los recursos espontáneos de la naturaleza. Eso
prueba una vez más, que en lo íntimo del alma continuamente trabajan las fuerzas creadoras, aunque
las personas ignoren su acción. Lo más importante, es saber reunir esas fuerzas bajo una voluntad
disciplinada, o bien, por medio de un estado dinámico, que es la Fe.
Pregunta: ¿Por qué Jesús no consiguió curar a todos los enfermos?
Ramatís: En relación a las multitudes que seguían a Jesús en busca de alivio y de cura, muy
pocos fueron los curados de sus-males. Los irascibles y descontentos por el fracaso de sus pretensio-
nes, no vacilaban en blasfemar contra el profeta Galileo, probando así, que la dureza de sus
corazones era un obstáculo para merecer la salud del cuerpo.
Pregunta: El Maestro Jesús, como espíritu poderoso y santificado, ¿no deseaba curar a todos?
¿O sabía de antemano, cuáles eran los enfermos que debían ser liberados de sus dolores y
enfermedades?
Ramatís: Jesús descendió a la tierra para salvar a toda la humanidad; su amor incondicional
sobrepujaba su condición de donar sus bienes espirituales. Si no curó a todos, fue porque la
disposición contraria de los enfermos se imponía á sus elevados deseos, puesto que aún eran
inmaduros de espíritu. Su principal misión no era curar los cuerpos, sino, salvar el alma. Las curas
materiales que realizó servían únicamente para comprobar la fuerza que residía en el espíritu eterno,
pero sin alterar la Ley del Karma que determina que «cada uno recoja conforme sea su siembra».
Jesús curó a las criaturas que se liberaron de sus malezas morales gracias al estado de fe creadora y
pureza de intenciones; es decir, todas aquellas que fueron al encuentro de su espíritu sin
desconfianza y con propósitos para una vida digna y amorosa.
Pregunta: ¿Qué nos decís sobre las supuestas reliquias del Maestro Jesús, a las cuales el Clero
Católico atribuye la virtud de producir milagros? ¿Existen?
Ramatís: En todos los credos y religiones diseminados por el mundo, como el Catolicismo,
Taoísmo, Budismo, Musulmana y Judaísmo, poseen una gran cantidad de reliquias de sus líderes,
fundadores y misioneros. Naturalmente, aparejados a los que acreditan sinceramente en el poder
misterioso o en la verdad de tales reliquias se encuentran los charlatanes y especuladores, que
aprovechan la oportunidad para realizar negocios muy ventajosos.
Lo mismo sucede con las pretendidas reliquias pertenecientes a Jesús que el Clero expone a sus
fieles. En realidad, tales reliquias son falsas y el buen sentido nos muestra fácilmente el ridículo y la
imposibilidad de su existencia. Tapetes de buen tejido, compactos y duraderos no llegan a resistir un
siglo y se transforman en hilachas en los museos; mientras que el "santo sudario", resiste al
tiempo
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