desahogo para la materia. Otras veces, el mismo organismo movilizaba recursos biológicos de
emergencia, vertiendo hacia afuera sudor y sangre, compensando la descarga inmediata de los
humores, la peligrosa tensión "psico-física", fruto del fabuloso potencial de energía espiritual que le
oprimía la frágil carne
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Aunque las pasiones y los deseos residan en el alma, Jesús también estaba obligado a movilizar
sus recursos angélicos para neutralizar las vibraciones pesadas del ambiente donde se encontraba;
como las flores delicadas, que deben resistir los vientos agresivos. Los mismos relatos religiosos,
simbolizan la tentación de Satanás
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sobre Jesús, en el "desierto de la vida humana", donde la fuerza
de los impulsos de la animalidad pretendían sujetarlo a las telas seductoras de la vida sensual y
epicurística del mundo.
A pesar que el terrícola no tiene una avanzada sensibilidad moral para poder valorar el inmenso
sacrificio y abnegación ofrecidos por Jesús al descender a los charcos de vuestro mundo; son mucho
menores las luchas, angustias y los tormentos del pecador, en el sentido de purificarse para alcanzar
las esferas de la angelitud, ante el martirio del ángel que renunció a las venturas celestiales de los
mundos divinos, para descender al abismo pantanoso de los mundos materiales.
Es mucho más fácil y cómodo despojarnos del sucio barro, tomando un baño refrescante, que
vestir ropas pesadas y bajar al abismo repulsivo e infectado, donde se debaten criaturas necesitadas
de nuestro auxilio.
Ramatís
Paz y Amor.
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Nota del Revisor: El Evangelio de Lucas, Cáp. XXII, vers. 44, se refiere a lo siguiente: "Y le vino un sudor de sangre,
como si fueran gotas, que caían en la tierra". Se trataba del sudor sanguíneo por hemorragia de las glándulas sudoríparas,
que la medicina llama hematidrosis.
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Mateo, cap. IV, vers. 1 al 11.
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