la obra de Jesús y puso en movimiento todas sus energías espirituales para elevarse por encima de
las pasiones de la carne y transformarse en un perfecto símbolo de redención para la mujer
pecadora.
Pregunta: Volviendo al caso de María de Magdala, algunos espiritas afirman que ella representó
la celada perfecta, puesta en movimiento por los espíritus de las tinieblas para destruir la obra de
Jesús. ¿Qué fundamento tiene esa afirmación?
Ramatís: La misión de Jesús en la tierra, fue precedida de un atento estudio por parte de los
Maestros Siderales de vuestro mundo; y aunque no predominara un fatalismo absoluto en su
realización, los principales acontecimientos fueron previstos con seguridad en el gráfico mesiánico.
Ante el perfecto conocimiento de las premisas que irían a componer la obra de Jesús en la tierra, lo
Alto pudo secundarlo en todos sus puntos a fin de concretar físicamente lo trazado. Previo los hechos
más importantes, fijándolos dentro del tiempo psicológicamente establecido, como fue el nacimiento,
la infancia, la juventud, la pregonación y el sacrificio de Jesús en el Calvario. Así como el general
esquematiza y detalla la batalla decisiva, previendo los desvíos, retrocesos y ofensivas probables en
el avance de sus ejércitos, cuyo éxito dependerá del comportamiento y habilidad de sus soldados; en
el esquema fabuloso de la pasión y muerte de Jesús en el madero de la cruz, los resultados previstos
odeseados también quedaron subordinados a las reacciones, al estoicismo y a la fidelidad de los
cooperadores del Cristianismo.
Los apóstoles, discípulos, simpatizantes y amigos de la obra de Jesús eran la materia viva que él
utilizó para pregonar el Evangelio sobre la superficie de la tierra. Y, María de Mágdala fue una celada
forjada por los espíritus de las tinieblas para truncar la obra de Jesús, pero ella había sido una
entidad amiga de Jesús en el pasado y también se hallaba comprendida en el plano del Cristianismo.
Le cabía cooperar en la obra cristiana y dirigir a las mujeres que le darían el sello característico de
cariño, poesía y renuncia a la divulgación de los principios libertadores del rabí de Galilea. Mientras
tanto, los espíritus tenebrosos se rejubilaron al confundir el amor espiritual de Magdala por Jesús,
bajo el impacto ardiente que despierta la pasión carnal, pero ignoraban que el sentimiento de ella se
elevaba y daba curso a ideas superiores; como la savia de la planta salvaje que recibe el injerto de la
especie superior. Aseguraban que Jesús sucumbiría ante la presencia fascinante de la famosa
cortesana, pues en verdad, María de Magdala era irresistible y su nombre llegaba hasta los lugares
más lejanos de Judea. Los agentes de las Sombras consideraban que Jesús había resistido ante la
pasión de mujeres muy dignas porque no tenían experiencia, pero iba a ceder y debilitar su obra ante
el escándalo de una pasión ilícita.
En verdad, ellos desconocían la capacidad de renuncia y la fe que tenía el espíritu de María de
Magdala, motivo por el cual sufrieron amarga decepción ante el equívoco de su elegida. Contrariando
los pronósticos emitidos por los demoledores del Cristianismo, este hecho dio más énfasis a la obra
cristiana, transformándose en estímulo y convergencia de toda mujer deseosa de renovación moral.
Se invirtieron los polos de la maldad, porque Magdala resurgió del charco hacia la gracia luminosa de
Jesús.
Jesús, el divino Maestro era para ella el oasis amigo en donde podía mitigar la sed del afecto y
sobrevivir al naufragio espiritual, pero algo más serio y grave le acusaba en lo íntimo; la necesidad
urgente de su recuperación. Jesús fue el poderoso catalizador que le dinamizó las fuerzas superiores
y la ayudó a vencer el yugo peligroso de las pasiones humanas, pero ella también sintió que algo le
tocaba realizar en aquella obra redentora, aun con el sacrificio de su vida. Saturada por el sabor
amargo de las desilusiones mundanas y sintiendo que la hiel tenebrosa le minaba la contextura
espiritual, se entregó, cual esclava, al amor piadoso de Jesús dedicándose incondicionalmente a la
obra que él realizaba.
El Divino Maestro, a su vez, por su capacidad retentiva e intuición superior, presintió que María
de Magdala estaba ligada íntimamente a su obra mesiánica, porque reconoció que se trataba de un
reencuentro amigo en la tierra. En realidad, él había cambiado ideas con ella en el mundo espiritual
antes de ingresar en los fluidos del orbe terráqueo, prometiendo convocarla en el momento oportuno
y ayudarla en su tarea, inherente al Cristianismo. En consecuencia, el comando' de las Tinieblas
se
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