Fisiología del Alma
psiquismo y éste, a su vez, incide en el fenómeno de la digestión.
el éxito en el mantenimiento de la salud se acentuaría mu-
cho si se hiciera una oración antes de las comidas, pues con
ella se calman los temperamentos excitados y estabiliza el va-
go-simpático, docilizando el flujo biliar y favorecendo los estí-
mulos duodenales durante la digestión. la oración ajusta en
una misma frecuencia vibratoria a los familiares y a los presen-
tes en la mesa, apartando las conversaciones contundentes o los
comentarios impropios a la hora de las comidas, sobre críme-
nes, desastres o asuntos que afectan el hígado, perturban el flujo
biliar e intervienen hasta en los estímulos psíquicos del apetito.
PREGUNTA: – Aunque reconocemos el valor de esas re-
comendaciones sobre la alimentación, no podemos olvidar
cuan difíciles y hasta irrisorias han de ser para aquellos que
mal consiguen obtener un pedazo de pan o un trozo de carne
con qué mitigar su hambre. ¿Cómo se podría conducir a tales
cuidados y disciplina educativa de la alimentación a esa ma-
yoría de la humanidad que todavía es víctima de la pobreza?
RaMaTÍS: – Bajo la justicia y la sabiduría de la ley del
Karma, son los propios espíritus los que generan sus destinos,
pero también son advertidos sobre la cosecha de los resultados
buenos o malos, siempre de conformidad con las causas gene-
radas. en consecuencia, aquellos que todavía no disfrutan el
derecho de una alimentación sana y suficiente, es porque, evi-
dentemente, crearon situaciones semejantes en el pasado, en
perjuicio de otros seres. es posible que hallan abandonado sus
familias a la miseria o que hayan sido industriales, comerciantes
ointermediarios de negocios que se enriquecieron a costa de la
explotación de los géneros alimenticios, saciándose a sí mismos
y a su parentela, con detrimento de otras criaturas infelices ¡que
se vieron despojadas hasta de la leche para sus hijitos! aquí, ha-
cendados rapaces y egoístas reducían el alimento a sus esclavos,
para aumentar el lucro ambicionado y mantener el lujo exagera-
do de la familia; allí, reyes o señores feudales crueles explotaban
y agotaban a sus súditos, llevándolos hasta el hambre, con el fin
de garantizar sus vastos dominios; allá, administradores de los
bienes públicos, desviándolos a través de negocios o combinacio-
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