Ramatís
aun rudos, se duelen de destruir “aquello que dios sabe por qué
lo hizo”. Es indudable que los xifópagos, que son espíritus que
se odian entre sí y casi siempre antipáticos a los propios padres,
tienen pocas posibilidades de sobrevivir más allá de la cuna de
nacimiento físico, pues, tanto espiritual como físicamente, son
hospitalizados para el logro de la más breve expulsión del cuer-
po carnal. Cuando tales criaturas desencarnan, ya sea debido al
bombardeo mental encontrado en los propios hogares, ya sea en
vista de la dificultad biológica que fue violentada en sus “genes”
habituales, es muy común oír a los progenitores dar gracias a
Dios, alegando que, tal vez reconociendo su equívoco, él los “lla-
mó al cielo”. eso justifica el compungido sentimentalismo de
que tales criaturas “sólo irían a sufrir en el mundo”.
innumerables veces, hemos presenciado las tentativas des-
esperadas que esos espíritus encadenados por el odio secular
hacen para poder sobrevivir físicamente en los hogares que aun
les son antipáticos y hostiles. la Técnica Sideral hace todos los
esfuerzos posibles para concretizar tales experimentos rectifica-
dores de culpas recíprocas. no obstante, en vista de que la hu-
manidad no comprende la importancia de ese acontecimiento
incomún, pero útil a los espíritus adversos, no suele pasar de un
breve ensayo, generalmente fracasado de inicio por la hostilidad
de la familia terrestre.
Cuando no es la propia contextura física que cede a los im-
pactos mentales belicosos de los progenitores, deseosos de verse
libres de los hijos anormales, hay que contar, además, con los
espíritus de las sombras que obran decididamente para destruir
la oportunidad que fue dada para que los desafectos busquen en
la carne la prueba de su redención espiritual.
PREGUNTA: – En vista de esa dificultad de sobrevivéncia
en la mayoría de los xifópagos, y de reducirse por tanto la
oportunidad del reajuste espiritual entre los viejos adversa-
rios separados por el odio implacable, ¿cuáles son los recursos
que los técnicos del mundo espiritual adoptan para la solu-
ción de tan cruciante problema?
RaMaTÍS: – Ciertamente, no dudáis que la Tierra no pasa
de ser un grano de arena suelto en el espacio, clasificado en las
266