Ramatís
tratamiento homeopático. la China, por ejemplo, es de gran
valor histórico para los homeópatas, porque a través de la ex-
perimentación de su sustancia, Hahnemann consolidó la ley
de “los semejantes curan a los semejantes”, y se está usando
todavía con el mismo éxito por los homeópatas modernos, al
mismo tiempo que se amplía proporcionalmente el área psico-
física de su aplicación terapéutica. en el método de curación
homeopática, se podría decir que sus medicamentos no caen
en el ostracismo médico. de acuerdo con lo que Hahnemann
afirmó en su “organon”, o sea, que no existen enfermedades y sí
enfermos, cada uno de los productos homeopáticos puede servir
con eficiencia en cualquier momento, siempre que el enfermo
sea electivo para su aplicación dinámica.
Mientras tanto, existen centenares de medicamentos y
prácticas de la esfera alopática que se hallan en desuso o retor-
nan, en parte, bajo nueva presentación y dosificación moderna;
lo cual nos lleva a creer que todavía vuelva a imperar la moda
de las antiguas sangrías, los vejigatórios, ventosas, sedales, exu-
torios o el cauterio de hierro al rojo vivo, haciendo padecer a
veces, al enfermo, sufrimientos peores a los producidos por la
molestia diagnosticada por el médico. Si fuésemos a relacionar
la copiosa cantidad de los famosos remedios y las sustancias
inyectables que surgieron hasta ahora como descubrimientos
tipo “cúralo todo” y que luego fueron lanzados al ostracismo
terapéutico, serían necesarias, sin duda alguna, algunas resmas
de papel para enumerarlas con toda fidelidad. en general, es
la propia ciencia médica oficial la que, después de tejer elogios
incondicionales a determinadas drogas, termina lanzando el
grito de alerta ante los peligros terapéuticos de su toxicidad
ode las posibles alteraciones que podrán provocar más tarde
en la economía nutritiva del organismo humano. entre algunos
de los casos más comunes, apuntamos la digitalitis, la sulfa, el
bismuto, el arsénico, la tuberculina y el “aurum metálicum”. ac-
tualmente, la prescripción mismo de los antibióticos ha sufrido
una serie de advertencias, debiendo ser combinados con otras
sustancias preventivas para aminorar los efectos tóxicos y pro-
vocar las defensas orgánicas contra las probables consecuencias
alérgicas o los efectos secundarios de aquellos medicamentos.
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