El Evangelio A la Luz del Cosmos
Ramatís:
Sin duda alguna, debido a que no existe discre-
pancia, privilegio o gracia alguna en la pedagogía divina. Todos
los espíritus progresan lenta pero efectivamente bajo el mismo
proceso evolutivo, en consonancia con la Sabiduría, Justicia y
Amor de Dios.
El troglodita, por ejemplo, todavía es un espíritu infantil
que apresura su sensibilidad psíquica a través del ejercicio de
los cinco sentidos en su adiestramiento por el mundo. Es una
criatura que mal consigue percibir su estado de conciencia si-
deral, bastante inmadura para imponer su principio espiritual
sobre la fuerza milenaria de las tendencias animales. Jamás po-
dría manifestar un comportamiento semejante al de Francisco
de Asís, cuya edad sideral y estado de conciencia evolucionado
se pierde en los registros de la historia planetaria de vuestra
constelación solar, ¡Sería absurdo exigir, a los alumnos prima-
rios, soluciones sobre los principios de la relatividad, consagra-
dos por Einstein, o pedir que Herodes manifestara sentimientos
de ternura, filantropía, estoicismo y renuncia, como los que ma-
nifestó un Vicente de Paul!
En verdad, es el tiempo que transcurrió para la conciencia
de cada espíritu, o con más propiedad, su edad sideral, puesto
que lo sitúa en la faja vibratoria electiva a su mayor entendi-
miento psíquico, en vez del conocimiento o de la adquisición
obtenida en la precariedad de una existencia física. Ejempli-
ficando, diríamos que así como el niño crece y se desarrolla
protegido por la responsabilidad paterna, hasta alcanzar su
condición de adulto y liberarse gradualmente de las irresponsa-
bilidades de la infancia; todos los espíritus inmaduros, ignoran-
tes y vírgenes ingresaron también en el seno de la humanidad
angélica pero fueron conscientes de ello, una vez que alcanzaron
el discernimiento sobre su vida inmortal. Así es la ley: “Ninguna
oveja se perderá del redil del Señor”.
Pregunta:
Los espíritus angélicos y liberados de los ciclos
reencarnatorios, ¿son conciencias siderales o centellas indivi-
dualizadas hace muchísimo tiempo en el seno del Cosmos?
Ramatís:
Reiteramos; cada uno de nosotros es un espíritu
indestructible, porque fue creado o tuvo origen de la eterna y
84