Ramatís
antes de concebirlo? En consecuencia”, tratándose de una par-
tícula inherente al Todo Único, como es el espíritu del hombre,
sólo después de su emancipación espiritual es cuando podrá
decidir si desea “vivir” o “extinguirse” en el seno del Cosmos.
Simbólicamente, ¡el hombre tendría que nacer, crecer y eman-
ciparse espiritualmente para poder manifestar su decisión de
querer vivir o desaparecer!
Es conveniente que no os preocupéis con semejante deci-
sión hasta que hayáis desenvuelto vuestro espíritu y podáis de-
cidir con un grado más de madurez; mientras tanto, cometéis
un grave error, porque analizáis y sacáis conclusiones sobre la
realidad de la vida angélica, tomando por base vuestra pobre y
mediocre existencia, que es sufrir e ilusionarse en el transcur-
so de las efímeras vidas físicas. ¿Habéis imaginado cual sería
vuestra opinión al respecto, cuando hayáis alcanzado y os en-
contréis usufructuando la vida angélica, fascinante, auténtica y
venturosa?
Pregunta:
¿Cuál sería la imagen o la idea más correcta que
podríamos hacernos de Dios, conforme a nuestro entendimiento
humano?
Ramatís:
Es indudable que Dios es la Eternidad. En conse-
cuencia, sería demasiada vanidad y estulticia del hombre querer
conocer a Dios en el corto lapso de la vida humana. Y, como
Dios es una fuente de inagotable amor y alegría cósmica, que
poco a poco va interpenetrando en la intimidad de las gotas
humanas, en ininterrumpido crecimiento esférico, más allá del
tiempo y del espacio, cuyo júbilo divino se transforma en eterno
movimiento, tanto cuanto el hombre más avanza en su reali-
zación cósmica, entonces, comienza a amarlo. Dios es Espíritu
Uno, sustenta cada forma y energía del Universo; por lo tanto,
es trascendental y existe en el vacío de lo increado, más allá de
cualquier fenómeno concebido por las criaturas en la realiza-
ción del autoconocimiento.
Pregunta:
El hombre que se ha realizado divinamente, ¿qué
tipo de naturaleza posee?
Ramatís:
Los espíritus que en el orbe terráqueo alcanzan
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