Ramatís
presienten el peligro a su alrededor. Por esa causa, las diversas
especies de aves, animales e insectos tienen el color apropiado a
las regiones donde les toca vivir, como en el caso del oso, que es
blanco para los polos y parduzco para los montes y selvas. Sin
embargo no debemos olvidar, el conocido camaleón, que es el
tipo más representativo del fenómeno del mimetismo cromáti-
co, puesto que cambia fácilmente de color según sea el ambiente
donde le toque vivir o estar transitoriamente.
El fenómeno del mimetismo, que sirve de protección y
sobrevivencia prolongada de las variadas especies del reino
animal, aunque no parezca tener alguna conclusión cósmica
definitiva, o comprobación directa sobre la Divinidad, ofrece
al hombre inteligente y estudioso las posibilidades de extraer
ilaciones correctas y sensatas, respecto a la indiscutible verdad
de una Inteligencia Superior, que acciona desde la intimidad
misma de los fenómenos de la naturaleza.
Pregunta:
En la vida del hombre, ¿existe algo de esa pro-
tección “mimética”, que lo ayude a sobrevivir más tiempo en el
medio en que vive?
Ramatís:
Sin duda alguna, puesto que el hombre posee la
inteligencia y el buen sentido, bastante desarrollados, para sa-
ber protegerse contra las agresiones adversas y adaptarse fá-
cilmente a la topografía de los tipos de terrenos donde debe
accionar. El “camuflaje”, utilizado en tiempo de guerra es una
confirmación de las posibilidades miméticas del hombre. No es
una acción automática e instintiva, pero sin embargo es un “mi-
metismo” deliberado y controlado por el raciocinio humano.
Sin embargo, suceden fenómenos en la intimidad del cuer-
po humano, conocidos por la ciencia, que son suficientes para
comprobar la presencia de una sabiduría oculta, innata en el
hombre, que aun accionando en forma instintiva, demuestra en
sus mutaciones, una facultad deliberadamente inteligente. Por
lo tanto, en el hombre existe y se demuestra un ser racional, gra-
cias a la sabiduría de su psiquismo, que trabaja en la intimidad
bajo la directriz de una potencia oculta, superior y poderosa.
El ser humano está sometido a una serie de leyes, principios y
reglas, que le orientan, segundo a segundo su organismo, pero
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