El Evangelio A la Luz del Cosmos
creatividad. Indiscutiblemente que son leyes lógicas, impecables
y disciplinadas, que rigen los fenómenos del mundo material,
pero que demuestran la presencia oculta en el Universo. Jamás
esas leyes causan sorpresas, equívocos o alienaciones; cualquier
crítica sólo puede provenir de la mala interpretación o de la
ignorancia humana. Las aberraciones de la naturaleza pueden
hacer cambiar de opinión a los hombres, respecto a un Creador
Imperfecto, pero eso no es más que importantes realizaciones y
ensayos en busca de una mayor perfección.
Existe perfecto orden y coherencia en todos los fenómenos
que suceden en la naturaleza física de vuestro orbe, lo que de-
muestra el efecto inteligente, progresista y lógico para alcanzar
la perfección de las formas y seres. Bajo esas leyes sabias e in-
mutables, los ríos corren hacia los mares y no retornan jamás
a su comienzo; los vegetales nacen de las simientes afines, pues
no se originan por hechos milagrosos, ni por accidentes atri-
buidos al acaso. Ellos nacen, brotan y crecen, dan sus flores y
frutos en el tiempo adecuado y justo de su madurez botánica,
y más tarde germinan las semillas que perpetúan su especie.
Las leyes ocultas de Dios dirigen desde la generación del virus
en las células animales hasta el crecimiento del hijo del hipo-
pótamo en la selva africana. Accionando en todas las latitudes
geográficas del planeta y en todos los niveles de vida, existe una
perfecta distribución del principal elemento de la vida física,
que es el oxígeno. Aquí el cóndor recibe su cuota necesaria para
respirar en la cumbre de los picos más elevados de la tierra;
allí los peces sobreviven extrayendo el oxígeno de aire de las
propias aguas donde viven; acullá, la lombriz sobrevive con una
pequeñísima cuota de oxígeno, existente en las profundidades
de la tierra. En la intimidad del cuerpo humano, la Ley Divina
acciona coherentemente observando las funciones correctas de
todo el ser, pues substituye células gastadas, corrige y modifica
órganos, sensibiliza el sistema nervioso, desarrolla a la criatura
en perfecto y dinámico orden y atiende celosamente todas las
necesidades para mantener la salud total del cuerpo humano.
Acentúa la audición y el tacto en el ciego, y cuando la persona
es operada de un riñón o pulmón, la Ley dinamiza el poder del
órgano sobreviviente y estimula su metabolismo para compen-
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