Ramatís
Un accidente no crea leyes tan lógicas y sabias, que tanto dis-
ciplinan en forma genial y correcta el torbellino de electrones
alrededor del núcleo atómico como amparan y proporcionan
racionalmente la cohesión de los astros suspendidos en el Cos-
mos y que giran armoniosamente alrededor de sus correspon-
dientes soles. Además, todos esos astros se mueven en dirección
a un objetivo correcto y útil, con estructuras estables, perfectas
y complejas, demostrando que existe una inteligencia poco co-
mún y muy superior, comparándola al más avanzado índice de
intelecto humano. Decía un célebre filósofo persa: “Si Dios no
hizo el mundo, necesitamos buscar con urgencia al responsable
por un hecho tan sabio y lógico”.
[2]
Pregunta:
Si no podemos concebir a Dios, entonces no tiene
ningún sentido que tengamos un estado de fe absoluto y ciego,
que nos induzca a creer en aquello que todavía no tenemos la
seguridad de que existe. ¿De qué adelanta afirmar que el reino
de Dios está en el hombre, si éste no sabe quién es o cómo es su
Creador?
Ramatís:
Y, ¿cuál sería el cambio del hombre, en el caso
que supiese describir satisfactoriamente la forma y la esencia
de su Creador? ¿Acaso las criaturas harían modificaciones ins-
tantáneas o loables en la vida, abdicando de intereses y dignifi-
cando sus relaciones humanas, sólo porque alguien consiguiera
describir la Realidad Absoluta? Sin embargo, es evidente, que
ese deseo constante del hombre por conocer o sintonizarse con
el Creador es lo que debiera estimularlo y acelerar su ascenso
hacia una vida espiritual superior.
Mientras la criatura vibre en un estado espiritual primario,
todavía no está preparada para entender a Dios y su manifes-
tación Cósmica. El espíritu de] hombre necesita emanciparse
del instinto primitivo a través del cultivo de los valores divinos,
que están adormecidos en su propio “yo” si es que en realidad
quisiera comenzar a entender la naturaleza real del Creador.
Además, el hombre deberá superar el linaje animal que le plas-
2 Nota del Revisor: El científico inglés Edmorst, en sutil e irónico concepto, así se
expresa sobre la posibilidad de que el acaso substituyera a Dios: “Si el acaso o un
simple accidente puede crear hechos inteligentes, entonces tenemos que admitir que,
arrojando una bomba dentro de una tipografía, saldría compuesto un diccionario
completo sin la intervención o interferencia del tipógrafo”.
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