Ramatís
Pregunta:
¿El concepto cristiano que dice «si el hombre no
renace del agua y del Espíritu», se está refiriendo específicamen-
te a la regeneración del alma por el bautismo, conforme afirma
la Iglesia Católica?
Ramatís:
Lamentablemente, los hombres no han sabido in-
terpretar correctamente los conceptos y principios de Jesús, que
además de su exhortación evangélica, ocultan, en su intimidad,
la síntesis sublime de las leyes del Cosmos-Bajo el simbólico
concepto de “si el hombre no renace del agua y del Espíritu”, Je-
sús intentaba demostrar el valor fundamental que tenía el agua,
símbolo creador de la vida física, y considerada, en su época,
uno de los cuatro elementos principales de la formación del
mundo. Además, el propio Génesis enuncia que el “Espíritu de
Dios era llevado y fluctuaba sobre las aguas”, haciendo resaltar
el agua como principio creador y fundamental de la naturaleza
material.
Bajo cualquier hipótesis, Jesús se estaba refiriendo específi-
camente a la reencarnación, o sea, un acontecimiento constante
y creador del mundo, y no al bautismo, ceremonia o rito que
consagra a las personas en un momento religioso. Si un hombre
no renace del agua, es evidente que no tendría cuerpo físico,
puesto que el agua integra el organismo humano en un 70 %
aproximadamente.
Y si no renaciese del espíritu, indudablemente, que sería un
cuerpo sin alma. Quien renace del agua tiene cuerpo, y quien
renace del Espíritu es el dueño exclusivo de ese cuerpo. En esa
elucidación, Jesús quería distinguir la noción reencarnatoria de
una nueva vida, que ese alguien ya existió en otras vidas en
cuerpo material y en espíritu, y apenas pone en acción una nue-
va materia o sustancia, para modelar un nuevo cuerpo físico.
Pregunta:
Entonces, ¿de qué forma debemos entender el
concepto evangélico que dice: “El que es nacido de carne, carne
es, y el que nace de espíritu, Espíritu es?
Ramatís:
Jesús siempre trató de resaltar el valor que posee
el cuerpo carnal, pues aunque es transitorio, es un instrumento
los “muertos” exijan, como de su propiedad, los elementos que se incorporaron a
nuevas organizaciones, como es de común conocimiento para la ciencia moderna.
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