Ramatís
nal, se proyecta más allá de la simplicidad de su enunciado, pues
esa sentencia del Cristo es amplia y alcanza a la vida del espíritu
a través de sus encarnaciones. Liga al espíritu a principios y re-
glas científicas, conforme lo hemos comprobado filosóficamente
mediante la psicología moderna. No es una alusión exclusiva de
un juzgamiento tipo tierra a tierra, cuando un acusado incurre
en algún delito y debe sufrir una pena de acuerdo a los códigos
penales del país. Ello va más allá y abarca el hecho de que la
criatura, al proceder a juzgar sobre los equívocos, imprudencias
y pecados de sus hermanos, descubre que está repitiendo el pro-
cedimiento efectuado en otras vidas y que aún podría hacerlo
en el futuro. Bajo el aspecto moral de proponer mejores hábitos
a los judíos de aquella época, hoy observado y razonado por
medio del análisis psicológico moderno, se comprueba que esa
conceptuación de Jesús es más una Ley que un simple aforismo,
y que además de funcionar fuera del tiempo y del espacio, aún
advierte y disciplina las actividades kármicas del espíritu en su
ascenso angélico.
Pregunta:
¿Podríais explicarnos mejor ese aspecto?
Ramatís:
En verdad, ese temario evangélico del Maestro
Jesús se refiere esencialmente a la vida espiritual del hombre,
pues abarca las causas y los efectos fundamentales de sus vidas
sucesivas, bajo el proceso implacable y justo de la Ley del Kar-
ma. De ahí la semejanza entre los diversos conceptos evangéli-
cos, que tienen la misma concepción, cuando el Maestro decía:
“Con la. misma medida que mides serás medido”, “Aquel que no
tuviere pecado alguno, arroje la primera piedra”, “A cada uno le
será dado conforme a sus obras”, “Quien con hierro hiere, con
hierro será herido’, y en una síntesis significativa advierte: “La
siembra es libre, más la cosecha obligatoria”.
Bajo la envoltura de esas sentencias y aforismos cristianos
permanece inalterable el contenido evangélico que esclarece
respecto de la Ley Kármica de la acción y la reacción, que ac-
ciona en todos los casos de igual forma. No se trata apenas de
una advertencia, censura o sentencia moral; es la referencia in-
discutible a una ley o principio específico que abarca un deter-
minado ángulo del Cosmos, observando siempre la armonía y el
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