El Evangelio A la Luz del Cosmos
un castigo bárbaro e inútil.
Sin lugar a dudas, la tierra está cansada de aguantar en
su seno a una humanidad tan feroz, sensual e interesada, que
después de alcanzar el límite de su capacidad creadora, se va-
nagloria con la fiebre de producir armas atómicas genocidas
y bombas incendiarias, que son capaces de arrasar su propia
morada. El planeta suspira para librarse de esa carga demente y
destructora, que lo transforma en un escenario de experiencias
ruinosas y tétrico matadero, que vierte la sangre creadora en el
suelo y lo transforma en pozos de líquido repugnante. Los terrí-
colas, para cumplir con sus días educativos en la materia, saltan
de sus camas para matar, destruir, robar, tiranizar y prostituir.
En consecuencia, Dios está obligado a seleccionar a la actual
humanidad, optando por la solución sensata y lógica que es
exiliar hacia otro mundo físico, a esa multitud de almas psico-
patológicas, sádicas y masoquistas, que contrarían y desafían a
la legislación divina.
De ahí entonces que la Suprema Ley convocó la presencia
de todos los infractores y marginados encarnados y desencar-
nados, a fin de explicarles su acción lesiva en el orbe terráqueo
y su rechazo en cumplir con los principios y los estatutos de la
vida superior. La humanidad terrícola está alcanzando el final
de su curso primario iniciado hace 28.000 años, en la Atlántida,
por lo cual, se encuentra en las puertas de la más severa y aflic-
tiva “prestación de cuentas” ante el tribunal divino de su propia
conciencia. En base a ese profético “Fin de los Tiempos”, que
promueve y reajusta al planeta y a su humanidad, el mismo será
elevado a un grado superior de educación espiritual, pero desti-
nado únicamente a los espíritus aprobados en el actual “Juicio
Final”, en total procesamiento. Considerando que todo examen
sobre tal o cual materia se elige por medio de una bolilla en
el “sorteo”, para comprobar la capacidad de los examinados,
desde la época de Jesús, ese tema fue anunciado por Juan Evan-
gelista, en forma cabalística y que es fácil de reconocer como la
“Bestia del Apocalipsis”.
Bajo el ardiente impacto de la fuerza telúrica de la carne,
activada por el erotismo animal, los disciplinados y limpios se
elevarán por encima de los apetitos, vicios y sentimientos mal-
24