El Evangelio A la Luz del Cosmos
que realmente sucede en forma positiva en su mundo mental
y su consecuente repercusión en la esfera del sentimiento. No
es un hecho puramente físico, lo que reproduce la buena obra
obondad interior, sino que tales sentimientos, primero fueron
accionados en el campo definitivo de la mente, es decir, el prin-
cipal instrumento del espíritu inmortal. De esa forma, la secuen-
cia es perfectamente científica y disciplinada con una prosecu-
ción matemática, que acciona gradualmente en cada plano de
la manifestación del espíritu. Llevar a la práctica la más sencilla
de las virtudes, en el mundo físico, es poner en acción las leyes
científicas de control creador en todos los planos o campos de
la vida etérea, astral, mental y espiritual. Nos recuerda, aun-
que rudimentario es el ejemplo, a la nube invisible de vapor de
agua, que de a poco se condensa bajo condiciones adecuadas
de temperatura y presión, que rigen los principios de la física.
Todo ello sucede en el campo imponderable donde se forma la
misma nube, que más tarde se suspende llena de líquido, sien-
do de allí en adelante obediente a las leyes gravitacionales del
mundo físico.
Bajo el esplendoroso sol y el cielo más puro que se pueda
concebir, se originan las tempestades más violentas, que impre-
sionan los sentidos físicos del hombre, debido a que se rigen
por leyes y principios que no son perceptibles por los humanos.
Pregunta:
¿El karma de las personas está regido por le-
yes científicas y específicas a cada caso en particular? Si ello es
positivo, ¿cómo se explica, debido a que no hay dos seres que
tengan idéntico proceso de evolución espiritual, moral y hasta
física?
Ramatís:
En verdad, Dios no patrocina ni administra nin-
guna institución o departamento específico de corrección espiri-
tual. Toda consecuencia o efecto desagradable, trágico, doloroso
e infeliz que soportan los seres humanos, es el fruto de su des-
cuido o negativa a recibir las advertencias que proceden de los
instructores espirituales. La violencia o rebeldía a los principios
evolutivos procedentes de la Ley Mayor, que regula el equili-
brio, armonía y cohesión en el Cosmos, es lo que produce las
consecuencias desagradables en el futuro. Ninguno es castigado
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