El Evangelio A la Luz del Cosmos
Todo es así de sencillo, porque es el método de educación para
desarrollar una mayor área de conciencia para el espíritu en el
Cosmos, que ineludiblemente está basado en el Amor y la Sabi-
duría, para alcanzar la belleza creadora.
Es evidente que, si el Cristo Planetario de la tierra puede
accionar espiritualmente sobre su mediador humano, como lo
fue el Maestro Jesús, bajo el implacable proceso de la evolución,
que transforma a los hombres en «ángeles v éstos en arcángeles,
Jesús, entonces, alcanzará la graduación sublime de un futuro
arcángel.
También ha de ser un Cristo, cuyo estado espiritual e indes-
criptible es el Amor Absoluto, por el cual dinamiza la intimidad
oculta de la humanidad de su orbe para fusionarla definitiva-
mente con Dios.
Pregunta:
¿Existe alguna referencia bíblica que nos indique
que Jesús y el Cristo sean dos entidades distintas?
Ramatís:
El divino Logos de la tierra, el Cristo, que interpe-
netra espiritualmente a vuestro mundo, accionó específicamen-
te por medio de otros mediadores o instructores espirituales
humanos, aunque Jesús de Nazareth haya sido el mejor entre
todos ellos. Se manifestó por medio de Antulio, el líder y filósofo
de la Paz en la Atlántida, Anfión y Numú, pioneros de las re-
velaciones espirituales en las regiones, donde hoy se denomina
la Mesopotámica; intuyó a Fo-Hi, Lao-Tsé, y a Confucio que
orientó la religiosidad entre los chinos; Moisés que fundamentó
los 10 mandamientos, y Mahoma que compuso y dio a cono-
cí r el Corán El Cristo, también inspiró a Hermes, en Egipto,
Zoroastro en Persia, Khrisna en la India y Buda en Asia, sur-
giendo nuevos rumbos para la humanidad y nuevos conceptos
que modificaron el entendimiento y la sensibilidad psíquica de
los hombres. Mientras tanto, es inmensa la diferencia que exis-
te entre la tarea realizada por Moisés, que expuso la Justicia
Divina bajo amenazas y castigos proporcionados por Jehová,
oMahoma que convocaba al pueblo sensual, belicoso y glotón
para el ejercicio de la fe, en comparación a Buda, que prego-
naba el dominio de las pasiones y la eliminación de los deseos.
Todos esos instructores realizaron satisfactoriamente las tareas
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