Ramatís
que posee el poder creador, así como también, la esencia eterna
e ilimitada de Dios.
Pregunta:
Como este asunto es trascendental, ¿no podéis
ofrecer mayores esclarecimientos sobre Jesús y el Cristo?
Ramatís:
Repetimos: Jesús no es el Cristo, pero sí la con-
ciencia angélica más capacitada, hipersensible y acreditada
para comunicar la voluntad, el amor y la intensidad de luz, que
posee el sublime Logos o Arcángel Planetario. El Divino Maes-
tro, en su misión incomún, fue el portavoz humano que difun-
dió, hasta en las sombras de la tierra, las normas evolutivas del
Cristo Planetario.
A través de su vida, el Maestro Jesús dejó planificado sobre
la faz de la tierra, como intermediario de la entidad arcangélica
de vuestro mundo, el programa de liberación para los terrícolas.
Los hombres que vivieron en sí mismos el derrotero trazado por
Jesús, se ajustaron perfectamente a la frecuencia sideral de “su”
Cristo, puesto que adquirieron simbólicamente el diploma que
los acredita espiritualmente, por haber vencido los triste y ago-
biadores ciclos de las encarnaciones en los mundos transitorios.
El Arcángel, Logos o Cristo Planetario de la tierra, es la
luz y la esencia divina manifestada en perfecta sincronía con la
voluntad creadora de Dios para sustentar la humanidad terrera.
En su característica sideral de transformador o intermediario
entre lo humano y lo divino, el Arcángel resulta ser el “Camino,
la Verdad y la Vida” porque el espíritu del hombre, sólo alcan-
za su liberación material después que adquiere una frecuencia
espiritual elevada. Y, cuando Jesús advirtió, que “Ninguno irá
hacia el Padre sino es por mí”, esotéricamente explicaba que el
hombre que no viviera o hiciera lo que él estaba haciendo, tam-
poco estaba en condiciones para vibrar con el Cristo del orbe,
dado que todavía no había encontrado el “Camino, la Verdad y
la Vida”
[7]
.
7
“Y oí una grande voz en el cielo, que decía: Ahora se ha cumplido la salud y la
virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo, porque es ya derribado
el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y
noche”. (Apocalipsis, Capítulo XII, versículo 10). Es evidente, que Juan se estaba
refiriendo al Cristo terráqueo, o Arcángel de la Tierra, pues Satanás simboliza a la
comunidad de espíritus, que son rebeldes al Amor del Cristo planetario.
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