El Evangelio A la Luz del Cosmos
milar los conceptos cristianos, en un grado expansivo que su-
pera los empobrecidos límites de la sociedad. Es la reactivación
espiritual, en donde las vicisitudes y dolores vencidos, aunados
a la cultura adquirida, conforman el estímulo final para impul-
sar el alma hacia el Reino del Señor.
Pregunta:
En nuestras-reflexiones sobre la parábola del
Sembrador encontramos que el labrador únicamente debería
sembrar sobre el terreno bueno y bien abonado, dado que así
podría cosechar sanos y sazonados frutos para la humanidad.
¿Cuál es vuestra opinión?
Ramatís:
Es el caso particular en que el pueblo judío propi-
ció la germinación de la buena semilla; sin embargo, la cosecha
no alcanzó el cien por ciento, Jesús entonces recordó que, aun
las simientes arrojadas en el mejor de los terrenos, no siempre
germinan en su totalidad, así como en el suelo de la vida huma-
na, a pesar de la buena intención y cuidados, puede desaprove-
charse la germinación de las enseñanzas superiores, puesto que
otros motivos seductores e interesados absorben la atención y
se transforman en resultados inferiores.
Sin embargo, Dios no exige rigurosamente la fertilidad del
terreno humano, ni tampoco condena los resultados negativos.
En verdad, los hombres, a pesar de su comprensión espiritual,
poseen en su intimidad la cuota fundamental de luz divina. De
allí que deben ser orientados y experimentarse para hacer fluir
esa luz, tanto como fuera posible para purificar su cuerpo peri-
espiritual. Cada ser tiene su “libre albedrío” de reaccionar ante
la palabra divina, conforme a la naturaleza de su entendimien-
to, es decir, de su terreno psicológico o grado de comprensión
espiritual. Además, no existen dos seres absolutamente seme-
jantes en el universo, puesto que tienen señaladas diferencias,
producidas por causa de sus experiencias a través de sus etapas
evolutivas y reencarnatorias, en donde todo se realiza con senti-
do espiritual de liberar al hombre de los lazos de su imantación
a la fuerza gravitacional del mundo material.
En consecuencia, un pequeño porcentaje de espíritus en-
carnados presenta terreno favorable y capaz de proporcionar
las condiciones para asimilar el Verbo de Dios para que ger-
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