Ramatís
petable recurso de defensa.
Por todo ello, el hombre nada inventa, sólo descubre lo que
la naturaleza realizó y que se manifiesta aparentemente en for-
ma eventual o intuitiva, pero profundamente lógica, inteligente,
productiva y, sobre todo, directiva.
Pregunta: ¿Nos
podríais citar algunos ejemplos del reino
vegetal?
Ramatís:
Bajo un aspecto generoso y providencial, esa Sa-
biduría Psíquica asegura la continuidad de las especies, mode-
lando en las plantas los órganos que se afirman en el suelo o en
las paredes, como así también, es el típico caso de las espinas,
verdaderas garras que hieren y protegen a ciertas flores contra
los elementos exteriores que intentan su destrucción. Se orienta
el vegetal por el fenómeno del tropismo, por el cual, los vege-
tales del género de las borragináceas, cuyas flores se orientan
hacia la luz del sol; las raíces geotrópicas se orientan en deter-
minada dirección bajo la influencia de la gravedad o los tipos
hidrotrópicos que buscan el agua. La diseminación del polen de
las flores es una demostración y una seguridad para perpetuar
la continuidad de la especie; unas veces la deposita en las pati-
tas de los insectos, otras, cuando los animales y aves rozan las
flores, transportando el precioso medio; en fin, todos los seres
en una u otra forma, contribuyen a que todas las especies pue-
dan sobrevivir. En un admirable sistema, las flores resaltan por
su fascinante color y por el atractivo y embriagador perfume,
cuya finalidad es atraer la atención de aquellos que han de pro-
pagar el polen, siempre con la finalidad creadora. Las especies
carnívoras también utilizan sus artes seductoras, que finalmen-
te atrapan a los imprudentes insectos para su alimentación.
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Finalmente, una vez terminadas sus experiencias desde el
reino mineral hasta el reino hominal, la Conciencia Psíquica
cada vez más evolucionada y capacitada en su sabiduría instin-
tiva, termina la peregrinación evolutiva global, para dedicarse
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Nota de Ramatís:
La dirección psíquica del reino vegetal, por ejemplo, a través
de entidades conocidas por las leyendas terrenas, como gnomos, salamandras,
silfos, hadas y elementales, vitalizan, condensan y perfeccionan las incontables
especies de plantas, árboles, flores, hierbas o frutos que se determinan para fines
sublimes. Esas entidades, obedecen a planos inteligentes, trazados por espíritus res-
ponsables por el progreso del reino vegetal, en concomitancia con el reino mineral.
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