Ramatís
mismo grupo y que demuestran cierta individualización, des-
pués de domesticados?
Ramatís:
Una manada de lobos, por ejemplo, que nace en el
ambiente civilizado del hombre, se desvincula de a poco, de la
rígida dirección del psiquismo de su “alma grupo”, debido a los
estímulos, iniciativas y disciplinas, propios de la vida en contac-
to con los humanos. Los miembros de esa manada comienzan
a reaccionar en forma más individual, aunque sin mayores re-
lieves, pero siempre bajo la influencia cotidiana de sus dueños
y del ambiente donde viven. Es de sentido común que un perro
maltratado por un dueño irascible, violento y cruel, ha de mode-
lar una actitud particularizada, en forma totalmente diferente al
perro que vive acariciado por la mano de la criatura cariñosa. El
cariño o el castigo, la tolerancia o el despotismo, el tratamiento
afectivo en la enfermedad o la negligencia en la enfermedad del
perro domesticado, influyen fuertemente en sus hábitos. El ali-
mento condimentado, caliente o frío, cocido o crudo, despierta
en el animal reacciones, defensas y recursos metabólicos muy
diferentes a las costumbres de los demás componentes de su
especie, que obedecen al “alma grupo” colectivo.
El dominio del hombre, la inseguridad en un medio ex-
traño a su índole selvática, le anulan todo impacto instintivo
y de sobrevivencia natural; por eso, el lobo domesticado está
obligado a poner en acción recursos que están más allá de su
acostumbrada acción de su “alma grupo”. El viejo lobo, valiente,
feroz, libre y guiado instintivamente para solucionar sus nece-
sidades biológicas, entonces se transforma a semejanza del pe-
rro golpeado, agotado y temeroso, puesto que pierde gran parte
de su característica instintiva, modelada por el entrenamiento
compulsorio del hombre, en un tipo dócil y obediente, diferente
a su especie original.
Pregunta:
¿Cómo podríamos percibir con más precisión ese
hecho?
Ramatís:
El animal salvaje es violencia y agresividad en
defensa de su cría y de su propia vida, y que después del período
del celo, acostumbra a aquietarse. Bajo la fuerza activa de su
“alma grupo”, tanto las fieras como las aves arrojan a sus hijos
107